domingo, 7 de julio de 2013

Remanso para un corazón cansado



 
ESTACIÓN


Hace mucho que no sueño con trenes

ni estaciones en donde quedarme.




Las palomas detienen su vuelo.

Se alimentan.

Beben el agua sucia de las alcantarillas.

El viento desmantela sus nidos.




Grave

la ciudad se acuesta en el atardecer

a orillas del río,

al final de la calle.




Cada tramo de asfalto

guarda un corazón empedrado

y cada esquina, una glicina en llamas.




Aroma con jadeo de infancia.

Tal vez…

Tal vez ahí

me esperen los trenes.





Ana María Alday




domingo, 3 de febrero de 2013

Pensamiento

Todo lo que fue, es y será para mí: la música.
Sonido, armonía del infinito, curiosa sustancia impalpable y sin embargo… tan llena de piel.
Podrán mis ojos no ver, mis manos no palpar, mi boca no degustar pero, sólo sabré que estoy muerta cuando mis oídos no puedan oír...


 


sábado, 2 de octubre de 2010

Casi de terror



La sombra se desliza en silencio, oscura, camuflada por el mismo color de la noche que la rodea. Nada delata su presencia, ni siquiera el sofocado palpitar, contenido por las ansias del asedio. Palpita o se mueve. Se mueve o… palpita. Nunca las dos opciones al mismo tiempo.

La ha visto. Su víctima es rápida, huidiza y astuta, camina ligera arrimada al paredón de la vereda en penumbras.

Ni todas las precauciones del mundo podrían evitar el encuentro.

Veloz. En un mutismo de luz y agilidad se abalanza, casi en un vuelo, sobre la calle apenas alumbrada. La cruza en el tiempo de un suspiro de ángel mortal. Y cae, con sus fauces abiertas, firmes y certeras, sobre el cuello del incauto roedor.

Moraleja: gato con la panza llena, duerme mejor.


Ana María Alday